5/11/24

El sufrimiento y su transformación

El sufrimiento mueve siempre a escándalo. Que pueda ser transformado por el amor es sublime.

3/11/24

Personas tratadas como objetos

Siempre que explico a mis alumnos las razones por las que la Fecundación In Vitro (FIV) es, para los católicos al menos, un desorden moral grave observo en ellos las mismas caras de pasmo e incredulidad. ¿Acaso los niños nacidos por este procedimiento son menos personas que los demás, poseen una menor dignidad?, me preguntan.

Es sencillo contestar: Un católico, cuando un espermatozoide fertiliza un óvulo, sabe que se halla ante una nueva persona, con una dignidad intrínseca, independientemente de en qué condiciones se haya producido esa fecundación. Evidentemente, las condiciones idóneas de fecundación son las determinadas por una relación sexual, fruto del amor conyugal entre un hombre y una mujer, unidos en esa realidad sacramental que llamamos matrimonio. Pero, incluso en condiciones moralmente cuestionables, como son una violación; una relación sexual fortuita, anónima, y en la que el amor está ausente; o una FIV, un católico ve siempre a una persona intrínsecamente digna.

Otra cosa es lo que "ven" quienes estén dispuestos a abortar a la criatura, tras una violación o una relación fortuita. Quizás más que una persona ven un "inconveniente". O quienes no encuentren reparos morales en "ver" a su hijo como el resultado de la "prestación de un servicio" por parte de un "proveedor" con el que ellos, los "progenitores/clientes", firman un contrato y acuerdan una retribución. Una retribución que puede incluir, por si lo anterior fuera poco, la eliminación o congelación de embriones "sobrantes", o la reducción embrionaria.

El fin no justifica los medios. Pero ya hay clínicas FIV "de barrio", como las academias de inglés, los gimnasios, o los centros Kumon. Un mundo feliz.

31/10/24

Dios no es una tecnología

El cristianismo consiste en rendirse a Dios, no en intentar manipular a Dios para que haga lo que queremos. Por supuesto, le pedimos que nos sane de enfermedades, arregle relaciones rotas, nos dé la victoria sobre nuestros enemigos, ese tipo de cosas. Pero el cristiano siempre debe saber que Dios es enteramente soberano y que Él puede decidir o no responder a nuestras oraciones como nosotros queremos, pues Él sabe mejor que nosotros lo que nos conviene. Pensar que Dios, y las cosas de Dios, son una mera “tecnología” que podemos utilizar para conseguir lo que queremos es sacrílego.

30/10/24

"Luce" no luce

De los creadores de "El sínodo de la sinodalidad más sinodalmente sinodal", llega ahora "Luce", el peregrino pop, con el que, se nos dice, se pretende conectar con los jóvenes. Uno tiene sus dudas. Más bien creo que los jóvenes (uno hace mucho que no lo es) considerarán el intento como algo bochornosamente ridículo. Y es que el diálogo con la juventud desde la condescendencia infantilizante nunca ha funcionado bien. La idea de "llegar" a los jóvenes mediante una religiosidad de consumo no suele funcionar. Por ejemplo, ¿dónde está hoy la generación de jóvenes de los 70, a la que, en algunos colegios católicos, se les proyectaba "Jesucristo superstar"? Pues eso.

29/10/24

Mundo tecnocompasional

Nuestra sociedad es lo que Bernanos llama la tripa. Es decir, la emotividad inmediata. Y lo que es muy interesante es que esta emotividad inmediata está muy ligada también al funcionamiento de las redes sociales.  Aprieto un botón y veo un drama…, y busco el botón para eliminar el drama. Estoy expuesto a horrores sobre los que no tengo ninguna incidencia, y le pido a una máquina que resuelva el problema.

Hay lo que podemos llamar una cultura ---aunque es más bien una anticultura---, que nos empuja permanentemente a la inmediatez. Todo el sistema informático está destinado a mejorar la instantaneidad de los resultados y, por lo tanto, a permanecer siempre en la superficie, en una especie de sobreexcitación. Y perdemos lo que es la paciencia del corazón, la profundidad del corazón, la capacidad de análisis del corazón.

Estamos en un mundo de falsa compasión, que empieza por una compasión muy emotiva, pero que busca inmediatamente lo que llamamos soluciones finales. Es este paso inmediato de la compasión a la exterminación. Esto vale, por supuesto, para las cuestiones relacionadas con el aborto y la eutanasia; pero también vale para la cuestión de la guerra en Ucrania o lo que está sucediendo en Israel.

Cuando uno descubre en las sociedades europeas la renovación del antisemitismo de manera inimaginable, es precisamente porque estamos encerrados en este mundo tecnocompasional donde vemos imágenes de la franja de Gaza destruida, de sufrimiento, y entonces nos preguntamos, “¿dónde está el botón para eliminar a los judíos?”. Y no entendemos la complejidad de la situación. Un mundo de tripas, de pulsiones, y la pulsión es, a la vez, la emotividad inmediata, pero también el dedo que se apoya sobre el botón de exterminio.
Fabrice Hadjadj, entrevistado por María José Atienza en Omnes, 25 de octubre de 2024.

20/10/24

Un proyecto en marcha: Huir de la hiperpolítica

La hiperpolítica es la política reducida a producto para el consumo emocional. El buen ciudadano debe preocuparse mucho, pero mucho, por montones de cosas sin importancia real, que son adecuadamente servidas por los medios de comunicación cada día, sin parar un instante. El objetivo es que nos preocupemos, pero nunca que actuemos, quizás porque la mayoría de las cuestiones que diariamente se nos sirven en nuestro menú-espectáculo han sido específicamente diseñadas para ser inactuables. Las cuestiones importantes, por actuables, se ocultan del menú-espectáculo. No existen.

Como todo el mundo sabe, el espectáculo requiere de dramatismo. Asomarse hoy a un telediario es sumirse en infografías basadas en datos ultraimpactantes, imágenes deslumbrantes, ritmos frenéticos, músicas pomposamente absurdas que no hacen sino subrayar la banalidad del conjunto. Resulta reveladora la innovación de que los presentadores, todavía humanos, dialoguen de pie entre ellos en un ridículo teatrillo.

Parece aconsejable salirse de esto. Háganme caso. Por higiene. Vayan más a Misa.

9/10/24

IA: Indigencia artificial

Llama la atención la falta de confianza en sí mismas, o el puro "tecnocatetismo", que muestran las universidades al subirse de manera entusiasta al carro de la industria de la inteligencia artificial. ¿No tuvieron bastante con el ridículo en que cayeron con sus propuestas de "metaverso", llamado a revolucionar hasta hace bien poco nuestra vida entera? ¿En serio que para esto ha quedado la Universidad? ¿Hasta ese nivel de indigencia intelectual hemos llegado? ¿Estamos condenados a ser una máquina de "optimización laboral" de chimpancés con pantalones?

29/9/24

Hay otra paz

Hay otra paz, que consiste en simplemente querer lo que Dios quiere. Lo único necesario, por tanto, es aceptar todas las circunstancias de la vida, y todo el efecto que parecen producir en uno, y utilizarlas como medio para aniquilar la propia voluntad, alegre y voluntariamente.
John Chapman OSB.

24/8/24

Vivir para generar contenidos

Hay una felicidad más tranquila. Sé que sostener esto es hoy contracultural, pues nuestra cultura favorece la actividad, especialmente la actividad comunicable, como fuente de felicidad. Vivir para generar contenidos.

18/8/24

La vida en los márgenes

Puede que nos hallemos ante una oportunidad irrepetible de reorientar la mirada. De los grandes focos de atención de nuestro tiempo, en su mayor parte colonizados por una turba sombría de individuos ajenos a todo lo que no sea el desmantelamiento de lo heredado, deberíamos dirigir la mirada hacia esos otros ámbitos que vuelven a quedar orillados en los arrabales menos prestigiosos de la civilización. Quizá sea allí, en la intimidad de esos espacios residuales desprovistos del interés y el afecto del gran mundo, donde nos sea dado encontrar, de nuevo, un atisbo de existencia verdadera, un rescoldo de luz humilde con el que señalar el camino a quienes vienen tras nosotros. El cálido aliento, en suma, de una fe limpia y restaurada a partir de la cual la vida pueda volver a desplegarse.
Carlos Marín-Blázquez: "La vida en los márgenes", El Debate, 19/02/2022.

11/8/24

La ideología del sentimentalismo

Desde hace unos años, la batalla política ha rebasado el marco que atañe a los intereses reales de una sociedad para adentrarse de lleno en lo más sagrado de la interioridad de la persona. Una vez que las clases dominantes han desechado el proyecto de acometer una verdadera transformación social en aras del bien común, lo que ahora prevalece es el afán de colonizar hasta el más recóndito pliegue de la conciencia del individuo. La potenciación del lenguaje como herramienta de infiltración ideológica ha permitido no sólo imponer una nueva moral y unas nuevas costumbres cuyos efectos últimos sobre el tejido de la convivencia todavía están por evaluar, sino orientar la sensibilidad colectiva hacia una forma de sentimentalidad completamente renovada.

Carlos Marín-Blázquez: "Prohibir la nostalgia", El Debate, 07/02/2022.

24/7/24

Pablo VI, profeta (y santo)

La vida social actual está marcada a menudo por la exuberancia, la agitación, la búsqueda insaciable de la comodidad y del placer, unidas a una creciente debilidad de la voluntad: solo recuperará su equilibrio mediante un aumento del dominio de sí, de la ascesis, de la pobreza, de la paz, de la sencillez, de la interioridad, del silencio. 

San Pablo VI, 1977.

19/7/24

A vueltas con los valores

Los valores requieren de alguien que valore. No dependen de la verdad, como en una cosmovisión trascendente, sino de lo que la voluntad elabore. De ahí lo que Carl Schmitt llamó la "tiranía de los valores".

13/6/24

Necesidades básicas antifamiliares

La posibilidad de abortar es percibida, por una gran parte del mundo, como un gran "logro social". Yo creo que es más bien la consecuencia lógica de una sociedad que no quiere prescindir de tres "necesidades básicas antifamiliares": el divorcio, la anticoncepción, y la pornografía.

7/5/24

Explicando la "ideología de los valores"

Algunas acusaciones de laconismo me llevan a tratar de explicar qué entiendo por "ideología de los valores" al referirme al posicionamiento comercial elegido por algunas instituciones educativas católicas. Eso intento aquí.

Cuando uso la expresión "ideología de los valores" me refiero a la propuesta que se hace desde una antropología de corte consumista, según la cual el estudiante universitario aspira a maximizar su potencial de generación de ingresos con el fin de poder consumir la mayor cantidad posible de bienes materiales y experiencias. Para satisfacer esta aspiración están la universidad y unos valores, supuestamente humanistas, y raramente especificados con claridad, pero que no son otros que la productividad, la eficacia, el utilitarismo, y la satisfacción acrítica del deseo personal.

Por el contrario, una universidad católica debería aspirar a proporcionar a sus estudiantes las bases de una antropología teológica, o trascendente, que les permitan razonar sobre sí mismos, la humanidad y el mundo a la luz de la Revelación. De manera natural, este proceso favorecerá que los estudiantes practiquen las virtudes cristianas y aprendan a desear lo correcto. Con ello alcanzarán la plenitud personal, que siempre debe anteponerse a la mera empleabilidad.

30/4/24

La ideología de los valores

Cuando la increencia se extiende, cuando la religión desaparece, sobreviene la "ideología de los valores".

2/4/24

La educación ambiental

Somos lo que nuestros padres nos enseñaron cuando no intentaban enseñarnos nada.

Umberto Eco

26/3/24

Soledad

Decía Giussani que el hombre, solo, no puede ser hombre. Hemos sido diseñados para la relación. Sin comunión, sin comunidad, caemos en la soledad, que es, de nuevo para Giussani, la ausencia de significado, de sentido; es la respuesta ausente al porqué de la historia, de mi historia, de la vida, de mi vida. La soledad es estar con uno mismo sin saber quién se es y para qué se vive.

4/2/24

¿Del bienestar a la fe?

Una cuestión, latente en cualquiera que se aproxime actualmente al fenómeno religioso (fundamentalmente católico), es la siguiente: ¿por qué la fe es vista por nuestros coetáneos como algo irrelevante, innecesario; algo que, más que rechazo, causa indiferencia? Quizás sea porque el utilitarismo dominante en nuestro estilo de vida exige un "para qué del creer". No parece descabellado, pues, pensar que la utilidad pudiera ser, hoy, el rasgo que haga inicialmente creíble para muchos la propuesta cristiana.

Tradicionalmente, la propuesta cristiana se ha centrado en la Revelación, combinada con el testimonio personal de la experiencia de la fe. Hoy esta aproximación parece mostrarse insuficiente, al menos con un buen número de personas. Quizás deba ser matizada o complementada. Pero, ¿cómo?

Es indudable que el hombre contemporáneo es particularmente sensible al bienestar. Y, sin querer convertir al cristianismo en una religión del bienestar (sería un reduccionismo inaceptable), sí que deberíamos ver la fe, en su propuesta al hombre contemporáneo, como una instancia promotora y reparadora de la vida, generadora de sentido y plenitud (un "hospital de campaña", en palabras del papa Francisco). Esto, en sí, contiene la dimensión salvífica, y puede llevar a un cambio de estilo de vida marcadamente cristiano (conversión). Nos estamos refiriendo a un modelo de bienestar en el que domine lo eudemonista frente a lo puramente hedonista (tan característico del hombre contemporáneo); es decir, una propuesta en la que predomine la autoaceptación, la autonomía, la calidad de las relaciones personales, y lo trascendente como posibilidad, frente a la mera satisfacción vital, los afectos positivos, y el placer proporcionado por lo estrictamente inmanente.

24/1/24

Sentido y atención

Somos una especie orientada, como las demás, a la supervivencia; pero también, y a diferencia de las demás, a dotar de sentido a la existencia. Si nuestra supervivencia se ve amenazada, o si no conseguimos dotar de un sentido a ésta, padecemos ansiedad y depresión, caemos en adicciones, e incluso en ideaciones suicidas.

De manera general, podemos distinguir dos estructuras generadoras de sentido. Por un lado, tener relaciones personales satisfactorias, bien sean con familiares, amigos o compañeros de trabajo, sabemos que proporciona sentido, siempre y cuando dichas relaciones nos hagan sentirnos valorados, y percibamos que tienen un impacto positivo sobre los demás. Resulta obvio que nuestra sociedad no favorece este tipo de relaciones; de hecho, favorece justo lo contrario: el individualismo, la desconfianza mutua, la deconstrucción familiar, y la competitividad laboral.

Una segunda estructura generadora de sentido es la religión, que aquí debe entenderse en sentido amplio: la toma de conciencia de que la persona forma parte de una cosmovisión trascendente. No parece que el secularismo cientificista, origen y causa del indiferentismo religioso que padecemos, haya convertido a la correspondiente cosmovisión materialista en fuente de sentido.

Afortunadamente, reparar estas fallidas estructuras de sentido es relativamente sencillo. Basta con recuperar el hábito de la atención. Si prestamos atención, de manera auténtica, directa, sin metaversos ni realidades virtuales, a las personas que tenemos a nuestro alcance, y a la porción de Creación que nuestros sentidos detectan sin amplificaciones tecnológicas, progresivamente anidará el sentido en nuestro interior. ¿Hacemos la prueba?

"Libres"

"Libres" (2023) es una película-documental, del director Santos Blanco, sobre la vida contemplativa. En ella encadena una serie de testimonios de monjes y monjas de clausura de distintos monasterios de España; los testimonios se reparten en tres secciones: "Camino", "Verdad", y "Vida". La película resulta por tanto muy discursiva: dominan los planos de religiosos ofreciendo sus testimonios sobre los que podríamos llamar más inmersivos, que nos muestran la actividad real de los religiosos en sus conventos. No estamos, por tanto, ante una aproximación cinematográfica del tipo de "El gran silencio" (Phillip Gröning, 2005) o de la serie italiana para la televisión "I passi del silenzio" (TV2000it). Aun así, creo que la película consigue trasladar una idea clara de la vida contemplativa, que puede resultar especialmente interesante a personas desconocedoras de esta importante realidad de la Iglesia Católica.

4/1/24

A este lado del metaverso

Una de las tareas más urgentes de nuestro tiempo es aprender de nuevo a diferenciar entre el mundo del espíritu y su simulacro digital.

Mary Harrington: "Surviving the metaverse", First Things, febrero de 2023.

1/1/24

¡Cristo nos ha redimido!

103. [...] Sería un error gravísimo concluir... que la norma enseñada por la Iglesia es en sí misma un "ideal" que ha de ser luego adaptado, proporcionado, graduado a las —se dice— posibilidades concretas del hombre: según un "equilibrio de los varios bienes en cuestión". Pero, ¿cuáles son las "posibilidades concretas del hombre"? ¿Y de qué hombre se habla? ¿Del hombre dominado por la concupiscencia, o del redimido por Cristo? Porque se trata de esto: de la realidad de la redención de Cristo. ¡Cristo nos ha redimido! Esto significa que él nos ha dado la posibilidad de realizar toda la verdad de nuestro ser; ha liberado nuestra libertad del dominio de la concupiscencia. Y si el hombre redimido sigue pecando, esto no se debe a la imperfección del acto redentor de Cristo, sino a la voluntad del hombre de substraerse a la gracia que brota de ese acto. El mandamiento de Dios ciertamente está proporcionado a las capacidades del hombre: pero a las capacidades del hombre a quien se ha dado el Espíritu Santo; del hombre que, aunque caído en el pecado, puede obtener siempre el perdón y gozar de la presencia del Espíritu.

104. En este contexto se abre el justo espacio a la misericordia de Dios por el pecador que se convierte, y a la comprensión por la debilidad humana. Esta comprensión jamás significa comprometer y falsificar la medida del bien y del mal para adaptarla a las circunstancias. Mientras es humano que el hombre, habiendo pecado, reconozca su debilidad y pida misericordia por las propias culpas, en cambio es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia. Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera, porque enseña a dudar de la objetividad de la ley moral en general y a rechazar las prohibiciones morales absolutas sobre determinados actos humanos, y termina por confundir todos los juicios de valor.

San Juan Pablo II: "Veritatis splendor", 1993.

Silencio de Nazaret

Cómo desearíamos que se renovara y fortaleciera en nosotros el amor al silencio, este admirable e indispensable hábito del espíritu, tan necesario para nosotros, que estamos aturdidos por tanto ruido, tanto tumulto, tantas voces de nuestra ruidosa y en extremo agitada vida moderna. Silencio de Nazaret, enséñanos el recogimiento y la interioridad, enséñanos a estar siempre dispuestos a escuchar las buenas inspiraciones y la doctrina de los verdaderos maestros. Enséñanos la necesidad y el valor de una conveniente formación, del estudio, de la meditación, de una vida interior intensa, de la oración personal que solo Dios ve.
San Pablo VI: "Alocución en Nazaret", 5 de enero de 1964.

30/12/23

Filiación divina

El saberse hijo de Dios hace adquirir al cristiano, en todas las circunstancias de su vida, un modo de ser en el mundo esencialmente amoroso, que es una de las manifestaciones principales de la virtud de la fe; el hombre que se sabe hijo de Dios no pierde la alegría, como no pierde la serenidad. La conciencia de la filiación divina libera al hombre de tensiones inútiles y, cuando por su debilidad se descamina, si verdaderamente se siente hijo de Dios, es capaz de volver a Él, seguro de ser bien recibido.

 Francisco Fernández Carvajal: "Hablar con Dios", Navidad, n. 35, 1986.

21/12/23

Bendiciones

Vaya por delante que no creo que la intención del PP Francisco sea mala. Más bien creo lo contrario: le inspira su condición de pastor, y el deseo de que la misericordia de Dios alcance a cuanta más gente, mejor. Pero el fin no justifica los medios. Y el medio elegido, la Declaración Fiducia supplicans, a mi juicio, favorece la chapucería, el desorden, y el desconcierto entre los fieles.

Para mí es muy significativo observar de qué no se habla en Fiducia supplicans. De lo que no se habla es de la pretensión última de las personas que buscan la bendición, sean homosexuales o no. Hago notar que en el texto de la Declaración se habla repetidamente de "situaciones irregulares y parejas homosexuales", sin definir en qué consiste la "irregularidad". Irregular es la situación de una pareja en la que al menos uno de los miembros es divorciado. Pero irregular es también la situación de una pareja que vive una relación incestuosa. Como irregular es la de una pareja que cohabita sin contraer matrimonio. ¿Qué buscan, al solicitar una bendición, estas personas en la Iglesia? ¿Les anima un deseo de conversión? ¿Es explícito ese deseo de conversión ante el sacerdote? ¿Lleva aparejado la necesidad de algún tipo de acompañamiento? Si es así, lo adecuado es la vía sacramental: la confesión. Que es siempre individual. Si no es así, si no existe un deseo de conversión explícito, sino una difusa demanda de reconocimiento de "lo potencialmente bueno y verdadero que hay en una unión de dos personas", entonces creo que lo que urge es un discernimiento que permita llegar a ese deseo de conversión. Y, para ese discernimiento, hay que invocar al Espíritu Santo, pero no sólo a través de una bendición, sino constantemente, en un proceso de acompañamiento pastoral que no puede tener nada de "espontáneo".

Por tanto, estas bendiciones parecen innecesarias (existen alternativas a ellas como las que indico más arriba); resultan de un ejercicio de equilibrio (para no caer en la contradicción) que resulta grotesco; y, lo peor, crean confusión. 

Al pastor se le pide que, imitando al Maestro, salga a buscar a la oveja perdida, pero una "oveja perdida" no es un lobo que se considera oveja y exige ser tratado como tal.

18/12/23

El cosmos como realidad sacramental

No mirar la naturaleza, no amar la naturaleza, en el fondo significa no querer leer un escrito que Dios nos envió por amor a nosotros.

El cosmos no es sólo un modo con el que el Creador explica al hombre las cosas. Es además una realidad que lo contiene. No temo decir que es una especie de Hostia que oculta, bajo su velo de misterio, a Dios mismo.

Carlos Carretto: "Lo que importa es amar", 1976.

Querer ir a Él

Querer ir a Él, buscarle a Él sólo, su voluntad, su amor. Querer ir a Él con todo nuestro ser, cual salió de sus manos y cual ha quedado por nuestros pecados.

Querer ir a Él con nuestro espíritu y con nuestro cuerpo, con nuestra fatiga diaria y con la gracia que nos ha sido dada, con nuestros hermanos que luchan con nosotros y con la aspiración de todo el cosmos.

Carlos Carretto: "Lo que importa es amar", 1976.

8/12/23

La supervivencia de la religión

Una de las razones por las que la religión ha sobrevivido en el mundo  moderno, a pesar de los últimos cuatro siglos de secularización, es que responde a las tres preguntas que todo ser humano mínimamente reflexivo se hará en algún momento de su vida: ¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cómo he de vivir? 

Estas preguntas no pueden ser respondidas por las cuatro grandes instituciones del Occidente moderno: la ciencia, la tecnología, la economía de mercado y el Estado democrático liberal. En  efecto: la ciencia nos dice cómo, pero no por qué. La tecnología nos da poder, pero no puede decirnos cómo usarlo. El mercado nos da opciones, pero no nos dice cuáles de ellas nos convienen más. El Estado democrático liberal, por principio, se abstiene de respaldar cualquier filosofía de vida concreta. 

El resultado es que la cultura contemporánea nos presenta una gama casi infinita de posibilidades, pero no nos dice quiénes somos, ni por qué estamos aquí, ni cómo debemos vivir.

Vidas escondidas

En medio de tantas discusiones y encuestas sobre el cristianismo en nuestro tiempo, sobre su “inadaptación”, sobre su “ineficacia”, etc., discusiones y encuestas que, bien llevadas, pueden ser muy útiles, y que pueden ser en sí mismas un signo de vitalidad, existe una consideración muy sencilla que sería bueno, sin embargo, recordar. Y es que los mejores cristianos, los más auténticos y los más vivos, no se cuentan forzosamente, y aun generalmente, entre los sabios ni entre los hábiles. Entre los intelectuales ni entre los políticos. Entre los detentadores del poder o de la riqueza. Entre las “autoridades sociales”. En consecuencia, su voz resuena raramente en las encrucijadas o en la prensa, sus actos no tienen, ordinariamente, ningún brillo ni preocupan al público. Su vida está escondida a los ojos del mundo, y si llegan a la notoriedad, sólo es por excepción, en un círculo reducido, o al anochecer. Incluso dentro de la Iglesia, con frecuencia pasan desapercibidos, y el fiel dispuesto a la crítica los ignorará de buena fe, aunque estén, quizá, a su lado. Muchos santos no fueron conocidos hasta después de su muerte, y muchos, aun después de su muerte, permanecen desconocidos. Aun aquellos que tuvieron un papel importante que representar fueron desconocidos por la mayor parte y, en sus hermosas empresas, combatidos o abandonados. A pesar de todo, son estos hombres los que, más que todos los otros, contribuyen a hacer que esta tierra no sea un infierno. Ahora bien, la mayor parte apenas se preguntaron, incluso hoy, si su fe estaba “adaptada”, ni si era “eficaz”. Les bastaba vivirla, como de la realidad misma, siempre la más actual, y los frutos que se derivan, frutos asimismo con frecuencia escondidos, no son menos hermosos, ni menos nutritivos. Cualquiera que sea el estado del mundo, estos frutos siempre serán necesarios, para conservarlos o darnos alguna esperanza».

Henri de Lubac: "Paradojas y nuevas paradojas", 1966.

13/10/23

Llamados a dar testimonio

En un mundo en el que la desconfianza y la agresividad parecen ir ganando terreno, nuestra primera preocupación ha de ser la de vivir con esmero la caridad en todas sus manifestaciones. Cuando quienes nos tratan ---por muy alejados que se encuentren de Dios--- vean que nos fiamos de ellos, que estamos dispuestos a prestar una ayuda, a sacrificarnos por el bien de personas que incluso no conocemos, que no guardamos rencor, que no somos negativos ni hablamos nunca mal de nadie, que siempre nos encontrarán dispuestos a colaborar..., pensarán que los cristianos somos muy diferentes, porque seguimos a Alguien, a Cristo, muy particular. No quiere decir esto que nunca tengamos diferencias con los demás, sino que las manifestamos sin aire de agravio, sin poner en duda la buena fe de las personas, sin atacar, aunque estemos muy lejos de sus ideas. Cuando nadie queda excluido de nuestro trato y de nuestra ayuda, entonces estamos dando testimonio de Cristo.

Francisco Fernández Carvajal: "Hablar con Dios", Tiempo Ordinario, 26ª semana, jueves.

2/10/23

Recordando a Tim Keller

La auténtica guerra cultural es la que se libra en nuestros corazones desordenados, inmersos en nuestros incontrolables deseos de cosas que no hacen sino controlarnos, hacer que nos sintamos superiores a quienes no las tienen, y a quienes por ello excluimos de nuestra consideración. Cosas que, encima, no nos satisfacen cuando las tenemos.

 Tim Keller: "The reason for God", 2008.

20/9/23

Observo que...

...la gente está tan distraída por lo que las tecnologías nos ofrecen casi sin "rozamiento", que les resulta difícil prestar atención a su propia infelicidad.

23/7/23

Orden aparente, desorden profundo

Releyendo el pasaje evangélico del joven rico (Mt 19, 16-30) pienso en que estaríamos ante un joven virtuoso, con una vida aparentemente ordenada, pero con un anhelo en su corazón: la vida eterna, la plenitud en Dios. A cambio, la exigencia de Jesús es siempre grande: pide un orden profundo, casi inhumano, cuya comprensión plena se nos escapa.

En nuestra realidad cotidiana no es difícil observar situaciones de aparente orden, de acuerdo con criterios humanos, pero sobre las que la Revelación o el Magisterio advierten: están desordenadas. Puede que nuestra tendencia a considerar estas advertencias como meros anacronismos tenga su origen en el miedo a una exigencia profunda.

7/6/23

Orgullo

La soberbia precede a la ruina y el orgullo a la caída.

Proverbios 16, 18

29/5/23

Vocación

Señor, tú eres mi Dios, tú eres mi maestro, y nunca te he visto. Tú me has creado y rescatado, tú me has concedido todos los bienes que poseo, y aún no te conozco. Finalmente, he sido creado para verte, y todavía no he alcanzado este fin de mi nacimiento.

San Anselmo de Canterbury: "Proslogion", Cap. 1.

17/5/23

Confiar en la realidad y en los demás

Confiar en la realidad y en los demás evita el desgaste que produce la desconfianza, el temor, el querer asegurarlo todo. La búsqueda de seguridad en todo, la prevención, la sospecha y la precaución continuas agotan. Querer asegurarlo todo y controlar todas las dimensiones de la vida agota y esteriliza, hace enfermar. Confiar libera.

Xosé Manuel Domínguez Prieto: "El profesor cristiano: Identidad y misión", p. 114, PPC, 2012.

13/5/23

Universidad de "expiración" cristiana

Si en un centro [educativo] cristiano sólo se comprometen en clave cristiana el equipo directivo y los responsables de pastoral, más que de inspiración cristiana estaremos ante un centro de expiración cristiana, que habrá perdido su sentido profundo.

Xosé Manuel Domínguez Prieto: "Acompañamiento educativo: El arte de cuidar y ser cuidado", p. 63, Khaf, 2022.

12/5/23

Prestar atención

Nuestras vidas están definidas por lo que amamos y cuidamos, por aquello a lo que prestamos atención.

10/5/23

Ayuda

Cuando se adopta esa forma más simple de ser, no pasa nada por vivir de vez en cuando la experiencia de no saber qué hacer a continuación, por encontrarse con un obstáculo. No pasa nada por reconocer que en la vida hay algo de misterio, que hay un componente de incertidumbre. No pasa nada por reconocer que necesitamos ayuda, que pedir ayuda es un acto de una gran generosidad, porque permite a los demás ayudarnos y nos permite a nosotros mismos ser ayudados. Unas veces pedimos ayuda, otras veces ofrecemos ayuda, y entonces este mundo hostil se transforma en un lugar muy diferente. En un lugar así, en el que hay ayuda prestándose y recibiéndose, ese "mundo según yo", tan constrictivo e inflexible, se vuelve menos apremiante y acuciante. En un mundo generoso, en un mundo donde tengo ayuda a mi disposición, no es tan necesario aferrarse tanto al "mundo según yo".
Rebecca Solnit: "A Field Guide to Getting Lost", 2006.

4/5/23

Vida interior

Es un hecho: sin vida interior, no puede haber vida pública, entendida  como la acción efectiva en Cristo, sobre el mundo, y desde el mundo.

El desarrollo de una adecuada vida interior requiere del cultivo de un espacio personal propicio a la tranquilidad, a la escucha profunda, al abandono confiado que permita discernir la voluntad de Dios sobre nuestra vida. En el mundo actual, sometido al ruido, la tensión y la angustia vital, a veces resulta imposible este cultivo, con lo que termina siendo tentador pensar en la huida del mundo.

No parece que esta huida sea la mejor manera de construir la "Iglesia en salida" que nos propone el Papa Francisco a los laicos. Pero quizás sí sea necesaria una "salida estratégica", en comunión con otros hermanos nuestros, para poder así recuperar la actitud de "amor militante" con la que volver al mundo. Ese es el espíritu que anima los ignacianos "ejercicios espirituales", o, más recientemente, lo que algunos han denominado la opción benedictina.

18/4/23

Vivir en las nubes

A veces uno tiene la sensación de que las nuevas generaciones reducen la vida a su documentación continua. La experiencia de vivir y la de documentar la existencia llegan a solaparse, a confundirse. Es la vida en la Nube.

14/4/23

Paradojas

¿No resulta paradójico que, para evitar el acoso escolar, se eduque a los alumnos en la necesidad de que los fuertes respeten y protejan a los débiles, y, simultáneamente, se proponga a esos mismos alumnos el aborto como un derecho?

La identificación con Cristo

Si miramos a nuestro alrededor y consideramos el transcurso de la historia de la humanidad, observaremos progresos y avances. La ciencia ha dado al hombre una mayor conciencia de su poder. La técnica domina la naturaleza en mayor grado que en épocas pasadas, y permite que la humanidad sueñe con llegar a un más alto nivel de cultura, de vida material, de unidad.

Algunos quizá se sientan movidos a matizar ese cuadro, recordando que los hombres padecen ahora injusticias y guerras, incluso peores que las del pasado. No les falta razón. Pero, por encima de esas consideraciones, yo prefiero recordar que, en el orden religioso, el hombre sigue siendo hombre, y Dios sigue siendo Dios. En este campo la cumbre del progreso se ha dado ya: es Cristo, alfa y omega, principio y fin (Apoc XXI, 6.).

En la vida espiritual no hay una nueva época a la que llegar. Ya está todo dado en Cristo, que murió, y resucitó, y vive y permanece siempre. Pero hay que unirse a Él por la fe, dejando que su vida se manifieste en nosotros, de manera que pueda decirse que cada cristiano es no ya alter Christus, sino ipse Christus, ¡el mismo Cristo!

San Josemaría Escrivá: "Es Cristo que pasa", 104.

9/4/23

La guarda del corazón

Dios nos ha traído a la soledad para hablarnos al corazón. Sea, pues, nuestro corazón como un altar vivo, del que suba continuamente ante el Señor una oración pura, por la cual deben ser impregnados todos nuestros actos.

 Estatutos de la Orden de los Cartujos. Libro I. Cap. 4

3/4/23

Mercadeo espiritual

Uno de los episodios evangélicos que suelen resultar más "chocantes" es el de la expulsión de los mercaderes del templo. Aparece en los cuatro evangelios. En Mateo, Marcos y Lucas se reproduce la misma expresión en labios de Jesús: "habéis convertido el templo en una cueva de ladrones". Juan difiere ligeramente: "no hagáis de la casa de mi Padre un mercado". Precisamente la interpretación de este episodio suele girar alrededor de la la mercantilización del culto judío en el Templo de Jerusalén. Pero, ¿qué nos dice hoy este episodio a nosotros?

Pienso que Jesús, mediante este gesto, nos alerta del peligro de convertir nuestra relación con Dios en una especie de "intercambio", en el que se prioriza no tanto la voluntad de Dios como nuestro interés, y en el que siempre hay un "debe" y un "haber", una "contabilidad" que deviene en desconfianza e idolatría.

30/3/23

Maternidad subrogada

31. Igualmente contraria a la dignidad de la mujer, a la unidad del matrimonio y a la dignidad de la procreación de la persona humana es la maternidad subrogada. Implantar en el útero de una mujer un embrión que le es genéticamente ajeno o fecundarla con el compromiso de entregar el bebé a un cliente, significa fragmentar la maternidad, reduciendo la gestación a una incubación irrespetuosa de la dignidad y del derecho del hijo a ser «concebido, gestado, traído al mundo y educado por los propios padres» [82]; instaura, en detrimento de la familia, una división entre los elementos físicos, psíquicos y morales que la constituyen. 

32. Aunque no puede aprobarse la modalidad con la que se obtiene la fecundación, «todo niño que llega al mundo deberá, en todo caso, ser acogido como un don viviente de la bondad divina y deberá ser educado con amor» [83].

Nueva Carta de los Agentes Sanitarios, Pontificio Consejo para los Agentes Sanitarios, 2017.

25/3/23

Felicidad, santificación y matrimonio

Decía san Josemaría Escrivá en un muy citado punto de Camino (301) que "estas crisis mundiales son crisis de santos". Y es que con frecuencia olvidamos que nuestro único objetivo debería ser la santidad. Preferimos concentrarnos en perseguir la felicidad, sin tener claro qué es, y así nos va.

Por ejemplo, es casi unánime la consideración del matrimonio como un mecanismo de convivencia estrecha entre dos personas para alcanzar la felicidad, porque, y esto es hoy incuestionable, la persona "se merece" ser feliz. Sin embargo, uno, si tiene una visión trascendente de su existencia, debería ver el matrimonio más como una herramienta divina de santificación personal. Así, mediante la amorosa abnegación y entrega mutua de los esposos, y la proyección de éstas hacia los hijos, se ponen los mimbres sobre los que apoyar la santificación de toda la familia, la vivencia de la alegría profunda que supone ser cristiano.

17/3/23

Confusión

A propósito del sínodo alemán y sus consecuencias, participa uno en conversaciones en las que predomina la confusión sobre qué es la Iglesia Católica y cuál es su misión.

Comencemos diciendo que la Iglesia es Católica, es decir, universal, abierta a todas las personas. Nadie está excluido de ella. Todos son bienvenidos. Este fue el "estilo" de Jesucristo cuando recorrió los caminos de Palestina, tal y como atestiguan fehacientemente los evangelios. Sin embargo, este acogimiento del otro, esta "inclusividad" (podríamos decir hoy) no es incondicional: exige una dinámica de conversión, de arrepentimiento, de lucha ascética con uno mismo, pues no estamos inclinados al bien, lamentablemente. Estos son los términos que prescribe el propio Cristo para seguirle. No hay un solo lugar en los evangelios en que el seguimiento de Cristo tenga "efectos terapéuticos". Más bien lo contrario: predomina la negación de uno mismo, la vivencia de la cruz. La historia de los santos lo confirma.

Vivimos tiempos de psicologización de la existencia, de intentar superar todo tipo de traumas y angustias desde la antitrascendencia y la autoafirmación. No es el camino de la Iglesia. Dios quiere ser amado por personas libres, que acepten los difíciles términos de ese amor, y la Gracia para alcanzarlos.

1/3/23

Dependencia

Viendo este vídeo de las Hermanas Dominicanas de Hawthorne, pienso en que, en el final de nuestra vida, la dependencia de los demás, bien asumida, puede ser un camino de santificación para otros, e instrumento de evangelización.