Cuando uso la expresión "ideología de los valores" me refiero a la propuesta que se hace desde una antropología de corte consumista, según la cual el estudiante universitario aspira a maximizar su potencial de generación de ingresos con el fin de poder consumir la mayor cantidad posible de bienes materiales y experiencias. Para satisfacer esta aspiración están la universidad y unos valores, supuestamente humanistas, y raramente especificados con claridad, pero que no son otros que la productividad, la eficacia, el utilitarismo, y la satisfacción acrítica del deseo personal.
Por el contrario, una universidad católica debería aspirar a proporcionar a sus estudiantes las bases de una antropología teológica, o trascendente, que les permitan razonar sobre sí mismos, la humanidad y el mundo a la luz de la Revelación. De manera natural, este proceso favorecerá que los estudiantes practiquen las virtudes cristianas y aprendan a desear lo correcto. Con ello alcanzarán la plenitud personal, que siempre debe anteponerse a la mera empleabilidad.