De los creadores de "El sínodo de la sinodalidad más sinodalmente sinodal", llega ahora "Luce", el peregrino pop, con el que, se nos dice, se pretende conectar con los jóvenes. Uno tiene sus dudas. Más bien creo que los jóvenes (uno hace mucho que no lo es) considerarán el intento como algo bochornosamente ridículo. Y es que el diálogo con la juventud desde la condescendencia infantilizante nunca ha funcionado bien. La idea de "llegar" a los jóvenes mediante una religiosidad de consumo no suele funcionar. Por ejemplo, ¿dónde está hoy la generación de jóvenes de los 70, a la que, en algunos colegios católicos, se les proyectaba "Jesucristo superstar"? Pues eso.