27/11/24

De la comunidad a la "gestión"

Conviene precisar que la calidad no siempre puede compensar  los excesos de la cantidad: la cuestión del tamaño de una comunidad como esta no es indiferente. A partir de determinada escala, la vida cede paso a la gestión. No cabe duda de que la megachurch de los “evangélicos” es estimulante, pero si se quieren relaciones que no caigan en lo espectacular, en el pathos y el anonimato, hay que vivir de verdad con quienes tenemos cerca; es necesario que en esas fraternidades (que, evidentemente, se insertan en una comunidad mayor y hasta dentro de la inconmensurable comunión católica) nos podamos conocer de persona a persona, como dicen de los discípulos de Jesús los evangelios. Si no se da ese repliegue en grupos pequeños, no se ilumina realmente al mundo, porque entonces el mundo ya no se considera una constelación de rostros irreductibles, sino una masa que modelar, una clientela potencial con la que hacer caja.
Fabrice Hadjadj: "La suerte de haber nacido en nuestro tiempo", 2016.