25/3/23

Felicidad, santificación y matrimonio

Decía san Josemaría Escrivá en un muy citado punto de Camino (301) que "estas crisis mundiales son crisis de santos". Y es que con frecuencia olvidamos que nuestro único objetivo debería ser la santidad. Preferimos concentrarnos en perseguir la felicidad, sin tener claro qué es, y así nos va.

Por ejemplo, es casi unánime la consideración del matrimonio como un mecanismo de convivencia estrecha entre dos personas para alcanzar la felicidad, porque, y esto es hoy incuestionable, la persona "se merece" ser feliz. Sin embargo, uno, si tiene una visión trascendente de su existencia, debería ver el matrimonio más como una herramienta divina de santificación personal. Así, mediante la amorosa abnegación y entrega mutua de los esposos, y la proyección de éstas hacia los hijos, se ponen los mimbres sobre los que apoyar la santificación de toda la familia, la vivencia de la alegría profunda que supone ser cristiano.