14/2/23

La edad de la empatía

Me llama mucho la atención la actual dependencia de los sentimientos para emitir juicios, soslayando la razón. La empatía es hoy en día una categoría moral. No ser lo suficientemente empático con x puede llevarnos al pecado secular de la xfobia.

Lo primero que conviene dejar claro es que empatía no es caridad, ni solidaridad. Tanto la caridad como la solidaridad tienen un "telos", un destino, una escatología: El creyente no aspira a vivir en un mundo mejor; aspira a ver a Dios. Ese es el "telos" al que se dirigen sus actos, y de ahí surgen la caridad y la solidaridad hacia el prójimo. El no creyente, sin más "telos" que ese proceso sin fin basado en el optimismo (un sentimiento) al que llamamos "progreso" (un mundo mejor), se ve abocado a una moral alicorta, cercana a la del simio altruista que sólo puede aspirar a cierta esperanza de reciprocidad.

Por eso, sin "telos", termina refiriéndose todo a la empatía, que viene a ser el deseo de sentir lo que otra persona parece que siente. Podemos afirmar, de hecho, que vivimos tiempos "empáticos", en los que la gente se empeña en mostrar su "preocupación" por los problemas de los demás, azuzados por una dinámica tóxica de los medios de comunicación, centrados en la explotación de la emoción, y sumidos en la cultura de la "víctima" (ese ser "empatizable").

Todo ello es síntoma de la secularización: La "muerte de Dios" ha llevado al hombre a tratar de buscar un sentido a su existencia en los demás, a través de sus relaciones con ellos; de ahí el auge de lo "empático".