El tiempo existe en la vida, y la vida en el tiempo. Creo que este puede ser un buen resumen de esta magnífica novela del escritor ruso Eugene Vodolazkin, incomprensiblemente no traducida aún al español.
En el contexto de la Rusia medieval (el autor es medievalista) seguimos la vida de un hombre santo, desde su niñez de huérfano criado por su abuelo hasta su muerte como monje, en un círculo vital complejo y denso en acontecimientos. Los temas universales, la soledad, el amor, la pérdida, la culpa, la misericordia, el don y la acción de la Gracia en el hombre, entre otros, son tratados magistralmente. A veces la lectura puede ser algo compleja, por el estilo deliberadamente experimental de Vodolazkin, pero el libro emociona, con esa emoción que, paradójicamente, obliga a dejar de leer para disfrutar mejor lo leído.