1/10/19

El mundo, en busca del Arca perdida

Jesús libera a la humanidad de la esclavitud del pecado y la guía por el camino de la única y verdadera felicidad: la bienaventuranza celestial que será la perfecta comunión de todo, en Dios, por los siglos de los siglos. Para acceder a esta meta sublime de la vida humana, debe cada uno, al precio de renuncias y sacrificios, atravesar victoriosamente el desierto de la existencia terrestre convirtiéndose en un miembro digno y fiel de la Iglesia, la nueva arca de salvación, que es, hasta el fin de los tiempos, la nave precursora del reino.

Pierre-Marie Dumont