2/9/09

Ego me absolvo

Hace unos dos meses comentaba Alfonso García Nuño en su blog la crisis que atraviesa entre los católicos, a la luz de los datos ofrecidos, el sacramento de la penitencia. Hace un par de días, leyendo a Bernanos, me encontraba con este pasaje, escrito en 1936, pero que resulta ---creo--- de gran actualidad:
"Creo que transcurrida la adolescencia, muy pocos cristianos se creen culpables de comuniones sacrílegas. ¡Es tan fácil no confesarse del todo! Pero aún hay algo peor. Existe una lenta cristalización, alrededor de la conciencia, de menudas mentiras, de subterfugios, de equívocos. El caparazón guarda vagamente la forma de lo que recubre y nada más. A fuerza de costumbre y con el tiempo, los menos sutiles acaban por creerse todas las piezas de un lenguaje exclusivo, que permanece increíblemente abstracto. No esconden gran cosa, pero su solapada franqueza se parece a esos cristales opacos que no dejan pasar más que un resplandor difuso donde el ojo no distingue nada. ¿Qué ocurre entonces con la confesión? Apenas aflora a la superficie de la conciencia. No me atrevo a decir que se descompone por encima, pues más bien se petrifica."


Georges Bernanos, Diario de un cura rural, 1936.