Hay católicos que creen que su misión es aspirar a ser "relevantes" para la cultura actual. Por relevancia debe entenderse una actitud de "diálogo" con el mundo, basada en la posibilidad de cierta asimilación o compatibilidad con la cultura dominante.
Otros creemos que nuestra misión es luchar permanentemente contra una cultura, la de la mentira, que claramente amenaza al hombre. Es la lucha que libró san Pablo en pos de la Verdad.