9/9/17

Elogio de la pobreza, que no de la miseria

La pobreza hace al hombre humilde, dice la Escritura, y Cristo empieza sus Bienaventuranzas por esta: "Dichosos los pobres en el espíritu". ¿Queréis conocer el elogio de la humildad? Jesucristo la abrazó él mismo, él, que no tenía dónde reclinar la cabeza... No hay, pues, que considerar la pobreza como un deshonor, ya que, comparados con la virtud, todos los bienes de este mundo no son más que paja y polvo. ¡Amemos, pues, la pobreza si queremos poseer el reino de los cielos!

San Juan Crisóstomo