Jesús se ha quedado en la Eucaristía para remediar nuestra flaqueza, nuestras dudas, nuestros miedos, nuestras angustias; para curar nuestra soledad, nuestras perplejidades, nuestros desánimos; para acompañarnos en el camino; para sostenernos en la lucha. Sobre todo, para enseñarnos a amar, para atraernos a su Amor.
Javier Echevarría, "Carta sobre el Año de la Eucaristía", 2004.
Javier Echevarría, "Carta sobre el Año de la Eucaristía", 2004.