Cuando te abandones de verdad en el Señor, aprenderás a contentarte con lo que venga, y a no perder la serenidad, si las tareas ---a pesar de haber puesto todo tu empeño y los medios oportunos--- no salen a tu gusto... Porque habrán "salido" como le conviene a Dios que salgan.
San Josemaría Escrivá, "Surco", núm. 860.