28/1/13

Gracia y obras

"Ellos no entendían que, por lo mismo que es gracia el Evangelio, no
se debe al mérito de las obras, pues de otro modo la gracia no es
gracia. Este pensamiento se repite en muchos lugares, anteponiéndose
la gracia de la fe a las obras, no para anular éstas, sino para
mostrar que ellas no se adelantan a la gracia, sino la siguen, para
que nadie se lisonjee de haber recibido la gracia por las buenas obras
que hizo, sino sepa que no podría obrar bien si no hubiera recibido
por la fe la gracia. Y comienza el hombre a recibir la gracia desde
que comienza a creer a Dios, movido a abrazar la fe por un aviso
interno o externo."

San Agustín, "Cuestión II a Simpliciano", 2.