7/11/09

En medio de una gente torcida y depravada

Cualquier cosa que hagáis, sea sin protestas ni discusiones: así seréis irreprochables y límpidos, hijos de Dios sin tacha, en medio de una gente torcida y depravada, entre la cual brilláis como lumbreras del mundo.


Filipenses 2, 14-15.

Ayer me contaba mi mujer que está ingresado un sacerdote en la Reanimación del Hospital La Paz de Madrid. Se recupera de las lesiones causadas por "una gente torcida y depravada" que le asaltó en su parroquia. Los agresores, no contentos con robarle lo poco que tenía, decidieron atarle y torturarle, para después, como fin de fiesta, rebanarle el cuello. Es un milagro, de esos que Dios obra cotidianamente, que esté vivo, y pido a Dios que lo mantenga entre nosotros, "en medio de una gente torcida y depravada", "brillando como lumbrera del mundo", pues al Mal sólo se le combate con la Luz. Ilumina, Señor, a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte.