Hasta la llegada de la revolución sexual, la mayoría de la gente entendía que las costumbres y leyes asociadas al sexo existían para reforzar, o al menos proteger, a la familia. Hasta entonces era obvio que la sociedad era un conjunto de familias. Hoy la sociedad se concibe meramente como un conjunto de individuos autónomos. Este es el resultado de 50 años de revolución sexual.