18/5/21

La superficialidad como mecanismo de huida de nosotros mismos

El futuro de la Iglesia no vendrá de aquellos que sólo escogen el camino más cómodo, de los que evitan la pasión de la fe, y tienen por falso y superado, por tiranía y legalidad, todo lo que exige al hombre, lo que le duele, lo que le obliga a renunciar a sí mismo. 

El desprendimiento que libera a los hombres sólo se alcanza a través de las pequeñas renuncias diarias a uno mismo. Si hoy no podemos percibir a Dios, es porque nos resulta muy fácil escapar a nosotros mismos, huir de la profundidad de nuestra existencia. Así, lo que es más profundo en nosotros, sigue inexplorado.

Joseph Ratzinger: "Fe y futuro", 1970.