Existe una ya larga tradición que propone que el hombre es bueno en origen, y que es la sociedad la que lo inclina al mal. De esta propuesta nace el proyecto que tiene como objetivo cambiar la sociedad para liberar al hombre del influjo del mal.
Lo primero es acabar con Dios y la tradición. El siguiente paso es negar la propia naturaleza del hombre, que debe ser reelaborada de acuerdo con sus deseos y apetencias.
Este proyecto, en su dimensión transhumanista, ha sido asumido por muchos tecno-utópicos actuales, hijos de la revolución cultural de los años sesenta, y de una visión profundamente gnóstica de la existencia.