23/4/18

Cerca y lejos

La Iglesia Católica se dirige a todas las personas que quieran estar más cerca de Dios, que quieran santificarse, que quieran cumplir con el plan personal que Dios ha concebido para ellas. El pecado es, bajo esta premisa, el uso legítimo de la libertad humana que tiene como consecuencia nuestra separación de Dios.

Son palabras del mismo Jesucristo: El amor al dinero nos aleja de Dios. Sin embargo, la sociedad contemporánea considera este amor legítimo, hasta el punto de que nuestro sistema socio-económico depende en no poca medida de él.

Son palabras de Jesucristo: El adulterio nos aleja de Dios. Pero, la  sociedad contemporánea no estigmatiza en modo alguno el adulterio, hasta el punto de que no lo cataloga como un delito, como algo perseguible.

La Iglesia Católica nos advierte de que mantener relaciones sexuales con personas del mismo sexo nos aleja de Dios. Sin embargo,  es un hecho que la sociedad contemporánea ha asumido plenamente las relaciones homosexuales, hasta el punto de equipararlas legalmente  (en contratos matrimoniales) a las heterosexuales.

¿Se puede ser santo siendo consciente de que uno tiene una tendencia a la codicia, a la infidelidad, o la homosexualidad? La respuesta de la Iglesia Católica es sí. Sí, en lucha constante.

Fatalmente, el hombre se ha convencido de que esa lucha, a la que nos obliga nuestra naturaleza herida, no le compensa. Y se aleja de Dios.