"Trabaja ---me dijo---, haz pequeñas cosas un día tras otro. Recuerda al escolar inclinado sobre su cuaderno, que saca la lengua al escribir. Así desea Dios vernos, cuando nos abandona a nuestras propias fuerzas. Las pequeñas cosas no parecen nada, pero dan la paz. Son como las flores del campo; se las cree sin perfume, y sus ramilletes llenan de aroma una habitación. La plegaria de las cosas humildes es inocente. En cada cosa humilde hay un ángel."
G. Bernanos, "Diario de un cura rural".
G. Bernanos, "Diario de un cura rural".