"En nuestra sociedad tendemos al inmediatismo, y no soportamos la tardanza. Pero, al mismo tiempo, experimentamos que la satisfacción que alcanzamos de esa manera se desvanece en seguida. Vivimos en una continua expectación, y, cuando alcanzamos lo que nos proponíamos, que nunca tiene el valor de lo definitivo, casi al instante ya buscamos otra cosa. Por eso mismo nos cuesta detenernos a saborear, perdemos la atención y nos falta el hábito de la contemplación".
David Amado Fernández