27/8/25

El combate de la interioridad

Nuestra civilización combate la interioridad con medios de una potencia inigualable. La combate con la prisa, con la productividad, con los mass media, con la velocidad, con la superficialidad, con la técnica incluso. Y ha dado lugar a este tipo de hombre obsesionado, crispado, apresurado, sin tiempo; a ese tipo de hombre que ya no reflexiona porque se nutre de tópicos o de consignas, o porque se ha convertido en un robot especializado en cualquier clase de trabajo, o porque simplemente carece de tiempo, de sosiego y hasta de gusto.

 Federico Suárez: "La puerta angosta", 1971.