4/5/23

Vida interior

Es un hecho: sin vida interior, no puede haber vida pública, entendida  como la acción efectiva en Cristo, sobre el mundo, y desde el mundo.

El desarrollo de una adecuada vida interior requiere del cultivo de un espacio personal propicio a la tranquilidad, a la escucha profunda, al abandono confiado que permita discernir la voluntad de Dios sobre nuestra vida. En el mundo actual, sometido al ruido, la tensión y la angustia vital, a veces resulta imposible este cultivo, con lo que termina siendo tentador pensar en la huida del mundo.

No parece que esta huida sea la mejor manera de construir la "Iglesia en salida" que nos propone el Papa Francisco a los laicos. Pero quizás sí sea necesaria una "salida estratégica", en comunión con otros hermanos nuestros, para poder así recuperar la actitud de "amor militante" con la que volver al mundo. Ese es el espíritu que anima los ignacianos "ejercicios espirituales", o, más recientemente, lo que algunos han denominado la opción benedictina.