El proyecto de la Creación está estropeado. Lo estropeó el hombre. Cristo es el agente de la Reparación. En la primera fase de esta reparación cuenta con nuestra débil colaboración, y nosotros con su gracia. En la parusía, en la reparación final, no viviremos la destrucción de todo lo existente y nuestra "migración" a "otro lugar". Viviremos la restauración del proyecto original.