11/11/21

Epektasis

Vivimos en la sociedad del rendimiento, en la que el trabajo se convierte en fin absoluto, y su valor se cuantifica mediante el grado de cumplimiento de objetivos periódicos. El trabajador, en su vida laboral, se ve sometido a una cadena de objetivos enlazados por la coyuntura y la constante necesidad de rendimiento, de logro. En no pocos casos esta dinámica conduce al agotamiento, la angustia, la depresión y el "burnout".

La vida espiritual no debe orientarse de esta manera. El objetivo aquí es único: la imitación de Cristo, entendida como profunda transformación espiritual. Este proceso de cambio y crecimiento, infinito y gradual, genera una felicidad profunda. No hay objetivos, no hay rendimiento, no hay logros. "Olvidando lo que queda atrás, lanzándome hacia lo que está delante, sigo corriendo hacia la meta" (Flp 3, 14).

De forma similar, Gregorio de Nisa describe la vida del hombre como epektasis, o doctrina de la evolución feliz e incesante, en unión progresiva a Dios.