14/10/17

El pánico al silencio

No se puede ciertamente decir que, en nuestra vida, el silencio y la soledad nos sean compañeros gratos y habituales. Las zonas de silencio son escasas y poco frecuentes en nuestras jornadas. La lucha contra los rumores interiores del alma nos es casi desconocida. Y la soledad, debemos confesárnoslo francamente, más que toda otra cosa nos infunde miedo, y es a menudo para nosotros sinónimo de abatimiento y de tedio.

Salvador Canals: "Ascética meditada".