Dios se nos presenta bajo la insignificante apariencia de un trozo de pan, no se revela en su gloria, no se impone irresistiblemente; se desliza en nuestra vida como una sombra, en vez de hacer retumbar su poder en la cima de las cosas. ¡Cuántas almas a quienes oprime la duda, porque Dios no se muestra de un modo conforme al que ellos esperan...!
Jaques Leclercq, "Siguiendo el año litúrgico".