15/2/15

Salvarse

Salvarse es más que no condenarse eternamente. Uno se salva antes de morir, cuando, ayudado por la gracia, decide pertenecer a una familia, la Iglesia Católica, cuyo padre es Dios. Se convierte uno así en hijo: es la filiación divina, seguramente una de las ideas más centrales del catolicismo.

Por tanto, salvarse tiene una dimensión actual, en el aquí y ahora de nuestras vidas. Salvarse es experimentar el amor de Dios hoy, ahora.