"Dice Plutarco que Diógenes se puso un día a pedir limosna a una estatua de mármol. Naturalmente, no obtuvo ni un solo céntimo, pero él continuaba pidiendo. '¿No es tiempo perdido?', le preguntó alguien. 'No es tiempo perdido -respondió Diógenes-: Estoy acostumbrándome a recibir negativas'."
Albino Luciani, "Ilustrísimos señores"