En otro tiempo, los hombres que temían a Dios sólo tenían de hecho un verdadero miedo, el de la "segunda muerte", la condenación eterna. En adelante, los que hacen profesión de no temer ya a Dios viven con un sinfín de otros miedos: miedo a la debilidad, miedo a la invalidez, miedo al fracaso, miedo a la pobreza, miedo a la ruina, miedo a las enfermedades, miedo al sufrimiento, miedo a la muerte... Los filósofos [de la Ilustración] tenían la certeza de que el progreso humano terminaría por conjurarlos. Dos siglos más tarde, se les puede decir que no. Todo lo que el progreso humano ha conseguido es que vivamos más tiempo y más confortablemente con nuestros miedos.Pierre-Marie Dumont, Fundador de "Magnificat".