12/10/11

Dios no puede inspirar deseos irrealizables

[...] yo siempre he deseado ser santa. Pero, ¡ay!, cuando me he comparado con los santos, siempre he comprobado que hay entre ellos y yo la misma diferencia que existe entre una montaña cuya cumbre se pierde en el cielo y el grano de oscura arena hollado bajo los pies de los caminantes. Pero, en vez de desanimarme, me he dicho a mí misma: Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por lo tanto, a pesar de mi pequeñez, puedo aspirar a la santidad.
Santa Teresita de Lisieux, Historia de un alma.