Se me venía esto a la cabeza anoche, leyendo "Letters to a young catholic" (George Weigel, p. 7, 2004). Recordaba George Weigel su infancia en Baltimore:
In early 1959, the principal of the Old Cathedral School in downtown Baltimore, sister Euphemia, announced that each class in the school would be assigned a communist dictator for whose conversion we were to pray during Lent.
Recuerdo también ahora el testimonio de Paul Johnson, quien evocaba innumerables rosarios familiares ofrecidos por la conversión de Rusia.
Lo dicho: ¿Rezamos hoy lo bastante por nuestros enemigos?
Bendecid a los que os persiguen; bendecid, sí, no maldigáis.Rom 12, 14