Dios es Luz, en él no hay tiniebla alguna. Si decimos que estamos en comunión con él, y caminamos en tinieblas, mentimos y no obramos la verdad. Pero si caminamos en la Luz, como él mismo está en la Luz, estamos en comunión unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos purifica de todo pecado.1 Jn 1, 5-7.