23/10/09

No es un rollo macabeo

Son malos tiempos para los católicos, se nos dice. Uno no lo tiene tan claro. Prevalece, desde siempre, la tentación de la tibieza, de "estar a medias", de "no significarse", de encoger los hombros y ponerse de perfil. Y, ante esa tentación, la seguridad en la Grandeza de la Verdad:


Sé el primero en acercarte a ejecutar la orden del rey, como lo han hecho todas las naciones, y también los hombres de Judá y los que han quedado en Jerusalén. Así tú y tus hijos, serán contados entre los Amigos del rey y gratificados con plata, oro y numerosos regalos.

Matatías respondió en alta voz: "Aunque todas las naciones que están bajo el dominio del rey obedezcan y abandonen el culto de sus antepasados para someterse a sus órdenes, yo, mis hijos y mis hermanos nos mantendremos fieles a la Alianza de nuestros padres. El Cielo nos libre de abandonar la Ley y los preceptos. Nosotros no acataremos las ordenes del rey desviándonos de nuestro culto, ni a la derecha ni a la izquierda".



1 Macabeos 2, 18-22. (circa 100 aC)